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El Cambio Climático

Llevamos varios años escribiendo artículos sobre los cambios que se están produciendo en los últimos tiempos en nuestro clima. El cambio climático lleva décadas en las comunidades científicas y medios de comunicación, pero en los últimos años parece estar más presente que nunca en la percepción de la población.

Es cierto que los eventos extremos que suceden en la otra punta del planeta, hoy en día llegan más rápido y eficazmente que antes, sobre todo gracias a las redes sociales. Pero no estamos hablando de eso. Hablamos de los efectos directos que sin ir más lejos estamos sufriendo en nuestro país. 

Comunidades como Galicia, se han acostumbrado a ver temperaturas por encima de los 25º durante el Otoño e incluso el Invierno. Las olas de calor y los récords de temperaturas máximas se han convertido en algo habitual en nuestro país y en otros puntos del planeta. 

Pero al mismo tiempo en los últimos años se han producido eventos totalmente opuestos en diferentes puntos del planeta. Estados Unidos ha registrado en inviernos de esta década récords de temperaturas bajas, con temporales de nieve históricos, que a su vez dejaban récords de nieve acumulada. En Rusia también han registrado en los últimos inviernos mínimas que en algunos casos alcanzaron valores de récord.

Perece evidente que los récords de temperaturas máximas son más frecuentes que los de mínimas, pero no podemos olvidar estos hechos, por aislados y banales que parezcan. 

En enero de 2017 publicamos un artículo en Meteovigo con estas inquietudes y reflexiones en el que analizábamos entre otras cosas los siguientes puntos:


  • Los humanos pensamos que el clima que hemos tenido durante nuestra infancia y juventud es el "normal" para la tierra. Por ejemplo una persona de 60-70 años puede recordar como cuando era un niño todos los inviernos nevaba en la puerta de su casa, o el tiempo era muy diferente al que vivimos en el presente. Pero lo cierto es que si comparamos la vida de esa persona con la de la tierra (Millones de años) nos damos cuenta que el clima ha cambiado de una forma tan drástica que esas diferencias quedan en nada.  
  • El cambio climático no es algo que haya descubierto el hombre contemporáneo. Ni siquiera es algo que haya descubierto el hombre. El cambio climático existe desde la creación de la tierra, pasando por periodos en los que la superficie estaba cubierta de mantos de lava y actividad volcánica abrumadora, glaciaciones y otros cambios mucho más bruscos que los que estamos experimentando en la actualidad. Unos cambios se han producido en el transcurso de largos periodos de tiempo, pero otros se han producido en periodos mucho más cortos. Esos periodos los vamos a estudiar en este artículo y veremos como por contra de lo que podemos pensar, por ejemplo en algunas fases de la Pequeña Edad de Hielo se alternaron grandes y prolongadas olas de frío con no menos importantes olas de calor y sequías.

  • No podemos obviar que el cambio climático se está acelerando a un ritmo que ni los más pesimistas esperaban y posiblemente estemos entrando en un punto de no retorno con consecuencias inciertas. Bajo mi punto de vista la tierra tiene su propio mecanismo natural de auto regulación.

  • La verdad absoluta no existe en la climatología del futuro de nuestro planeta.  Comprender lo que ha sucedido en el pasado nos puede ayudar a predecir lo que sucederá en el futuro, pero no podremos predecir el comportamiento del clima en los próximos decenios con un grado de fiabilidad aceptable cuando aún nuestros ordenadores no son capaces de hacerlo a una semana vista. 

  • Hay muchos elementos que se escapan a nuestros conocimientos actuales y lo queramos o no, nosotros somos solo un elemento más de este gigantesco puzzle con mayor o menor influencia sobre el clima.

  • Creemos que estamos entrando en un periodo de cambio climático acelerado que nos va a llevar a eventos mucho más extremos que pondrán a prueba nuestra capacidad de adaptación. Un cambio tan drástico en la cobertura de hielo en el Ártico y las pronunciadas anomalías térmicas positivas, pueden ser suficientes para modificar las corrientes y perturbar el equilibrio conocido por el hombre contemporáneo. 

  • Como antes comentamos no podemos predecir el cambio climático con un grado de fiabilidad confiable, pero si podemos ver el pasado para entender lo que puede suceder en el futuro gracias a los registros que hemos dejado los humanos y la propia naturaleza. 

Cambios climáticos pasados

Periodo Cálido Romano

  • Bien vamos a comenzar con el inicio de la era cristiana con un clima que en España era caluroso y  húmedo. Prueba de ello es la prosperidad del Imperio Romano y sobre todo las vestimentas que estos llevaban que reflejan fielmente la benignidad del clima. Otra prueba clara del llamado Periodo Cálido Romano es el cultivo de la vid en países más al norte de Europa como Alemania o en Inglaterra. El Periodo Cálido Romano llegó a su punto álgido sobre el año 400 d.C, momento en el que el imperio comienza su declive.

Alta Edad Media

  • A partir del año 700 d.C aproximadamente los inviernos comienzan a ser cada vez más crudos lo que sin duda alguna contribuyó sobremanera en la caída del imperio. Como decimos el clima comenzó a cambiar con un tiempo mucho más frío en Europa llegando a lo que se conoce como Alta Edad Media cuando tremendas olas de frío asolaban Europa. Estas series de años con olas de frío se alternaron con algunos periodos más benignos. 

Óptimo Climático Medieaval

  • El Óptimo Climático Medieval comprende aproximadamente entre los años 800-1300 D.C en el que se registraron temperaturas excepcionalmente altas en Europa. La investigación inicial del Óptimo Climático Medieval y de la posterior Pequeña Edad de Hielo se realizó principalmente en Europa, donde el fenómeno fue muy obvio y está muy documentado.

  • La tierra pasó por un calentamiento que a pesar de no estar totalmente demostrado su alcance global si hay evidencias de que su efectos en zonas pobladas fueron evidentes. 

  • Durante el Óptimo Climático Medieval se dieron episodios muy lluviosos o eventos muy fríos en lugar de calurosos, sobre todo en la región Antártica central, donde se han observado patrones climáticos completamente opuestos a los del Atlántico Norte.

Pequeña edad de hielo en Europa y España, un tiempo extremo y cambiante.

  • Después del calentamiento que sufrieron algunas zonas de la tierra durante el Óptimo Medieval y del retroceso del hielo en el Ártico, Europa se adentró en la Pequeña Edad de Hielo coincidiendo su punto más duro con el Mínimo de Maunder. 

  • Durante ese periodo en Europa y a pesar de su nombre (Pequeña Edad de Hielo) se alternaron años de sequías y olas de calor mortales, con olas de frío que llegaron a congelar ríos como el Támesis o el Ebro. Por ejemplo el verano de 1666 fue extremadamente caluroso en Londres, con incendios frecuentes en la ciudad a causa de la extrema sequedad de las estructuras de madera de las casas. Amplias zonas de la ciudad quedaron totalmente arrasadas por el fuego. En 1685 se registró otro largo episodio de calor pero al invierno siguiente el Támesis se volvió a congelar para volver a dar paso a otro verano asfixiante. 

  • Durante la Pequeña Edad de Hielo el clima parecía haberse vuelto loco y cambiante provocando pérdidas de cosechas y llevando la hambruna a Europa. Los escritos de la época hablan de vientos nunca vistos acompañados de lluvias torrenciales con importantes crecidas de ríos. También hay reportes de fuertes tormentas con granizo de gran tamaño. Dentro de la Pequeña edad de hielo y coincidiendo con el Mínimo de Maunder se registra el periodo más crudo (1550 a 1700 ). Podemos pues identificar un patrón muy cambiante sobre todo al inicio y final de la Pequeña Edad de Hielo donde las estaciones parecen descontrolarse y se alternan olas de calor históricas con inviernos gélidos. 
Estimación de las temperaturas durante los últimos 5000 años basándose en los isótopos de dO18 de núcleos de hielo GISP2 de Groenlandia. Cada división en la derecha equivale a un grado centígrado. En color verde están marcados los periodos cálidos en los que se observa un periodo de retorno de 1000 años aproximadamente. Fuente: Green World Trust. Datos: Richard Alley, 2000

Si nos paramos a analizar todo esto, vemos una clara correlación entre lo que nos dicen los registros extraídos del hielo y los registros históricos que nos han dejado nuestros antepasados. 

  • El calentamiento actual desde la era industrial y sobre todo la velocidad del deshielo en los últimos años podría estar acelerando los cambios. En los últimos años estamos viendo un patrón de cambios muy abruptos que están dejando registros históricos de temperaturas altas, pero también aunque con menor frecuencia de temperaturas mínimas o nevadas récord. Los vendavales también están siendo muy violentos en el Atlántico norte afectando a las Islas Británicas con bastante recurrencia sobre todo debido al aumento de los procesos explosivos en estas aguas. 

  • Creemos que los próximos 10 años pueden ser claves para ver si realmente la circulación de la corriente en chorro tiende a ser más meridional, si el vórtice polar tiende a fragmentarse con mayor frecuencia, permitiendo que el aire frío descienda a latitudes medias, lo que por un lado alimenta la formación de profundas borrascas en el atlántico norte, y por otro el brusco descenso de temperaturas en el ramal descendente del Jet o corriente en chorro. 

Después de publicar este artículo, hicimos nuestro pronóstico estacional para la primavera 2017 en el que pronosticamos un patrón muy cambiante con la montaña rusa meteorológica tal y como posteriormente sucedió. Entre otras cosas el pronóstico se basaba en el comportamiento errático del Jet Stream y sus pronunciadas ondulaciones, un patrón que a día de hoy seguimos contemplando. 

En Verano pronosticamos un flujo dominante de latitudes altas sobre la península lo que responde a una influencia de los ramales descendentes del Jet que durante buena parte del estío dejó un tiempo más inestable y frío en el extremo norte de país. 

Posteriormente durante el otoño hemos estado nuevamente bajo la influencia de los ramales ascendentes, con temperaturas muy por encima de lo normal, que llegaron a provocar importantes incendios forestales. 

 

Tal y como hemos visto, la tierra en los últimos 5000 años ha tenido periodos cálidos alternados con otros mucho más fríos. Está documentado en los registros históricos y un claro ejemplo son los avances de las civilizaciones en periodos cálidos (Imperio Romano) con posterior declive y caída en el periodo frío posterior, para volver a avanzar en el periodo cálido medieval, donde se construyeron numerosas catedrales góticas y se produjo un momento de crecimiento importante de la civilización. Una vez más, este crecimiento se vio trastornado por un periodo frío, en este caso la Pequeña Edad de Hielo. Lo que viene después ya lo conocemos mejor, el periodo cálido en el que nos encontramos nosotros y que una vez más ha dado lugar a un crecimiento y expansión significativo de la civilización. 

Comprender el pasado para entender el presente y el futuro

Si leemos el excelente trabajo de A. Alberola en su estudio sobre la PEH  (ed Cátedra, 2014), podremos entender gracias a los registros históricos, los cambios climáticos del pasado, que nos pueden ayudar más de lo que pensamos a entender los cambios actuales. Los escritos del inicio de la Pequeña Edad de Hielo hablan de cambios abruptos, con periodos de sequía prolongados, que daban paso a periodos muy fríos y pluviosos con serias consecuencias para las cosechas. La gente de la época describía como el tiempo se había vuelto loco, o las estaciones del año parecían haberse descolocado. Las intensas olas de calor provocaban incendios forestales feroces llegando incluso a arder ciudades como Londres. Las olas de calor se alternaban con olas de frío que provocaban nevadas en el Mediterráneo, llegando en los momentos más duros a congelar el río Ebro. 

Pero tenemos que tener en cuenta que posiblemente en esta ocasión nos estemos enfrentando a un cambio climático en el que la actividad humana puede estar acelerando los cambios. Para nosotros no hay ninguna duda de que los cambios climáticos se dan de forma natural con unos ciclos bastante marcados, pero en esta ocasión nosotros podemos estar acelerando el proceso. 

Umbral X

En el artículo de Meteovigo hablamos de un posible umbral en el que la tierra comienza a activar su mecanismo de regulación al que llamamos umbral X, al desconocer el momento exacto en el que se pone en marcha. El mecanismo básicamente respondería como hemos comentado en un artículo reciente, a la disminución de las diferencias térmicas entre el Polo y el Ecuador, al calentarse mucho más rápido el primero que otras partes del planeta. Esto provoca que el Jet Stream se desplace de una forma más lenta y ondulada, provocando una amplificación de los bloqueos anticilónicos y un aumento de las inyecciones de aire frío y cálido sobre zonas templadas, dependiendo del ramal del Jet bajo el que queden expuestas. Por otro lado tenemos la disminución de la salinidad en aguas del Atlántico por el deshielo masivo que se está produciendo en Groenlandia, lo que podría estar ralentizando la Corriente del Golfo, gracias a la cual gozamos de un clima más suave en Europa Occidental. 

¿Qué consecuencias podría tener en las próximas décadas?

Aumento de las sequías

Como antes hemos comentado un Jet Stream más ondulado tiende a amplificar los bloqueos anticilónicos lo que a su vez provoca periodos largos de sequía como la que ha afectado al Oeste de Estados Unidos y España. En España conocemos bien sus efectos que han llegado al extremo de provocar incendios forestales masivos. En Estados Unidos sus efectos son incluso más evidentes. 

Además de trazar ondulaciones más pronunciadas, el Jet tiende a permanecer más tiempo con un patrón cuasi permanente sobre algunas regiones , lo que puede mantener las anomalías durante largos periodos. 

Aumento de la intensidad de los fenómenos adversos

Una atmósfera y un océano más calientes supone más energía disponible y sobre todo mayor vapor en la atmósfera que aumenta las lluvias torrenciales, intensidad de los huracanes, su capacidad para intensificarse en menos tiempo y mantenerse con fuerza durante periodos más largos. 

Por otro lado tenemos un Jet stream con una tendencia a circular de una forma más meridional, lo que provoca en algunos momentos del invierno importantes desalojos de aire frío que llegan al Atlántico e interactúan con estas masas más cálidas y húmedas. Los ríos de humedad juegan un papel muy importante en estas interacciones. 

El año de las famosas olas de frío en USA, fue también el año de los famosos trenes de ciclogénesis explosivas en Europa occidental, que como sabéis seguimos muy de cerca en Meteovigo. Olas gigantes llegaron al norte de España en varios episodios durante el invierno. Es un claro ejemplo de lo que antes comentamos. La interacción de grandes masas de aire frío, que llegó de Estados Unidos, con las masas cálidas y húmedas de latitudes más bajas. 

 

Llevo desde principios de esta década diciendo que los procesos de ciclogénesis explosivas están aumentando en el Atlántico norte y en muchas ocasiones afectando a Galicia. Al principio me encontraba muchas opiniones contrarias, pero en los últimos años cada vez menos ante la clara evidencia de que desde el KLAUS en 2009, estos procesos explosivos se han repetido en numerosas ocasiones: XYNTHIA y FLOORA en 2010, NADJA,  CHRISTINA y GONG en 2013,  los trenes de ciclogénesis explosivas que dejaron olas gigantes durante el invierno de 2013/2014, este año ya llevamos varios eventos de este tipo: en Febrero llegaron KURT y LEIV, dejando rachas superiores a los 180Kmh con numerosas incidencias y estamos recuperándonos del paso de ANA, que también se ha gestado de forma explosiva.

Hay personas que pensarán que siempre hemos tenido temporales en Galicia y que esto de llamarlas explosivas es una moda, pero lo cierto es que solo tenemos que preguntarle a las compañías eléctricas si han visto aumentadas las incidencias por cortes masivos de suministro eléctrico en la última década, respecto a las 3 anteriores. Muchos de estos ciclones han dejado miles de hogares sin luz en Galicia en los últimos años y esto lo sabe la propia población. ANA acaba de volver a hacerlo. Lo que ocurre es que el viento es muy caprichoso y afecta más a unas zonas que a otras. Si hoy le preguntamos a diferentes personas por la intensidad de ANA, dependiendo de la zona, nos dirán que ha sido un temporal más o incluso flojo, o por contra que ha sido terrible.

Aumento de las olas de frío 

Paradójicamente el calentamiento global podría llevarnos a un aumento de los episodios extremos de frío en latitudes medias. Esto ya sucedió en el pasado como hemos comentado anteriormente. El mecanismo que podría provocar este aumento es el que antes hemos mencionado y que responde al aumento de la temperatura en el Polo, que disminuye el contraste con el Ecuador. Al suceder esto el Jet Stream comienza a desplazarse de una forma más lenta y meandrizada, amplificando las Ondas Rossby y llegando incluso a detener su desplazamiento. En las ondulaciones se producen desalojos de aire frío como el que tuvimos hace poco en nuestro país y que dejó temperaturas muy bajas y nieve a nivel del mar. El episodio duró varios días, pero en ocasiones puede mantenerse más tiempo y ser más pronunciado. Esto fue lo que sucedió en las históricas olas de frío que asolaron Estados Unidos en el invierno 2013/2014 según algunos estudios.

Es el mismo mecanismo que el que provoca los bloqueos anticiclónicos pero por el lado contrario. 

Para entender este mecanismo os colgamos un vídeo muy didáctico:

Por lo tanto creemos que el cambio climático es más complejo que pensar que la tierra se calienta. No podemos pensar que porque estemos en un periodo cálido no se puedan producir importantes episodios de frío como ya ha sucedido en el pasado. El último invierno nevó en dos episodios distintos en las costas del Mediterráneo, afectando en el segundo a nuestro país. Este año aún sin haber entrado en el invierno, hemos visto las playas del Cantábrico nevadas, cuando hace poco teníamos temperaturas muy elevadas en todo el país. 

Todo lo que hemos recordado y expuesto en este artículo es un punto de vista basado en diversa documentación, información, estudios científicos y análisis propios. Toda información que ayude a descartar, unir o descubrir nuevos puntos será bienvenida, siempre y cuando sea de forma constructiva y con una argumentación

Para terminar os dejamos enlace a otros artículos relacionados con nuestro estudio:

https://www.iberomet.com/es/noticias/la-montana-rusa-meteorologica-de-la-pequena-edad-de-hielo 

https://www.iberomet.com/es/noticias/profundas-y-preocupantes-anomalias

 
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