En los meses cercanos al verano la radiación solar es mayor en nuestro hemisferio, por lo que tenemos menor aire frío acumulado. Este aire frío es uno de los ingredientes esenciales para la formación de borrascas en nuestras latitudes.
El término más extendido sin duda gracias a los medios de comunicación es el de borrasca. Pero lo cierto es que podemos referirnos al mismo como ciclón de latitudes medias o ciclón extratropical para diferenciarlo de los ciclones tropicales que se producen en zonas más cálidas por un proceso muy diferente al primero.